Se vale soñar en grande
Escrito por Anthony Franco el 24 de octubre de 2024
Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente;
no temas ni desmayes, porque Jehová tu Dios estará
contigo en dondequiera que vayas. ( Josué 1:9)
Las condiciones sociales, la pobreza, la falta de recursos y oportunidades no son obstáculos para soñar en grande. Cuando tenemos a Dios de nuestro lado, cuando decidimos entregarnos en cuerpo y alma a nuestro Señor, todos los sueños y metas, conforme a su voluntad, se cumplen.
Debemos atrevernos a soñar, no porque veamos condiciones favorables, ni porque tengamos apoyo familiar o económico, tenemos que soñar porque tenemos a un Dios sin límites, a un Dios capaz de abrir los cielos para bendecirnos.
Hay que soñar aunque nos tiemblen las piernas, aunque se rían de nuestros sueños, aunque el panorama esté gris, aunque humanamente no haya esperanza. Atrevernos a soñar aunque el sistema nos tilde de locos, aunque tengamos cientos de intentos fallidos.
El hecho de que estés tardando no significa que no vayas a alcanzar tus sueños. Recordemos lo que dice la biblia, que en la vida… «todo tiene su tiempo, y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora» (Eclesiastés 3:1).
No es bueno que mires relojes ajenos, no es saludable que te compares con los demás, no es recomendable que albergues en tu alma sentimientos de celos y envidias.
Los que odian, los que viven pendientes a lo que hagan o dejen de hacer los demás, podrán tener muchos sueños, pero no podrán disfrutar el proceso de construcción de los mismos, ni mucho menos llegarán a la cumbre.
Los sueños forman parte del ser humano, quien no sueña, sencillamente envejece, quien no aspira algo mejor y se quedará atrás. Quien no se traza metas claras y no se atreve a luchar para alcanzarlas, siempre tendrá que trabajar para otros.
Decídete a soñar sin miedo, entendiendo que hay un Dios que suple, promueve, abre puertas y honra a los fieles.
Tenemos sustento bíblico para soñar, contamos con precio-
sas promesas que deben inspirarnos a no rendirnos. Abraza una de ellas, que se encuentra en 1 Corintios 2:9: Antes bien, como está escrito: Cosas que ojo no vio,ni oído oyó, ni han subido en corazón de hombre, Son las que Dios ha preparado para los que le aman.
Sigamos soñando. Soñemos con un bonito futuro, con una hermosa familia, con ese valioso hogar, con esos viajes, con esa empresa, con esos hijos, con ese reencuentro. Soñemos y sigamos soñando porque nuestro Padre celestial es extraordinario. Como dice D.L Moody:
«Si Dios es tu socio, ¡haz tus planes en grande!»
Mi apreciado lector, lo que Dios ha preparado
es grandioso, no te lo puedes ni imaginar, pero
debes mantener el enfoque, abrir tus ojos y no
rendirte, porque ¡se vale soñar en grande!
Tomado del Libro «Promesas, lo que Dios quiere que Sepas hoy«. Adquierelo YA!
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