“LE SERVIMOS SIN REMORDIMIENTOS”
Escrito por huperete el 20 de septiembre de 2024
Introducción: Juana era la secretaria de Justino White, uno de los empresarios más exitoso de la ciudad. Un día Justino White le dijo a Juana su secretaria: “Juana esta tarde me llamará el socio másimportante de la compañía, y es el más importante porque si el llegara a retirar sus acciones tendríamos una baja muy significante. ¡Mira! esta llamada es de vida o muerte, pues estámuy enojado con nosotros por el último reporte financiero de la empresa. Así que está muy atenta, porque él es un hombre muy impaciente y si no llegamos a contestarle asumirá que no nos importa su llamada, y entonces tendremos grandes problemas. Al escuchar esto Juana respondió, si jefe, no se preocupe estaréatenta, usted sabe que por usted y esta compañía estoy dispuesta a todo. Muy bien, le dijo el jefe, cuento contigo. Seguro, dijo Juana. Bueno, pasó la mañana, y entro la tarde. Fue entonces, como a las 4:35 minutos que comenzó a sonar el teléfono, pero Juana estaba hablando con otros compañeros en el trabajo. El teléfono sonaba y sonaba y por varias ocasiones algunos compañeros le dijeron a Juana que el teléfono sonaba, pero ella dijo: “no te preocupes, el que esta llamando, de seguro que llamará más tarde” pero ella había olvidado por completo las palabras de su jefe. Bueno después de charlar y tomar café, Juana regreso a su oficina y comenzó a revisar los mensajes grabados en el teléfono de la compañía, después de escuchar algunos, apareció uno que decia: “buenas tardes, soy Rock Powell, he estado llamando mucho por ocasión de llegar a un acuerdo amigable con la compañía en vista de su ultimo reporte financiero, la verdad que estos meses las acciones de la compañía se han ido por el suelo y la verdad no puedo seguir perdiendo dinero, y bueno en vista de que no han querido tomarme la llamada, porque sé que a estas horas estántrabajando, he tomado la decisión de retirar mis acciones de esta empresa. Mis abogados les harán llegar los detalles de la misma. Al escuchar esto, Juana no sabía qué hacer, Juana le había fallado a su jefe y a la compañía, de manera que debido a esto, esa tarde lloró amargamente, pero a pesar de sus lágrimas, lo que mas le asustaba era que de seguro perdería su trabajo por semejante fallo.
Queridos hermanos, lo que Juana vivió es lo que muchas personas han vivido, están viviendo, o vivirán en su vida cristiana. Pues a través de su Palabra, nuestro Señor nos ha dejado claras instrucciones que muchas veces fallamos en cumplir. Pero al igual que Juana ¿Qué es lo que hacemos cuando hemos caído? ¿Qué es lo que hacemos cuando le hemos fallado al Señor?
Los versículos que estudiaremos esta mañana nos mostrarán, que es lo que hace el Señor antes y después de nuestras caídas, a la vez que nos mostrara que debemos hacer nosotros una vez hemos caído. Acompáñeme a Lucas 22.31-34.
Después de que el Señor Jesucristo, les enseñó a los discípulos la grandeza del servicio, en Lucas 22.31-34, “31Dijo también el Señor: Simón, Simón, he aquí Satanás os ha pedido para zarandearos como a trigo; 32pero yo he rogado por ti, que tu fe no falte; y tú, una vez vuelto, confirma a tus hermanos. 33Él le dijo: Señor, dispuesto estoy a ir contigo no sólo a la cárcel, sino también a la muerte. 34Y él le dijo: Pedro, te digo que el gallo no cantará hoy antes que tú niegues tres veces que me conoces.”
Después de esto salieron al otro lado al torrente de Cedrón, y Jesús estuvo orando en un lugar aparte. Luego hablo a sus discípulos algunas cosas más, y mientras Jesús aún hablaba, se presentó una turba guiada por Judas, quien con un beso entregó a Jesús a los soldados, quienes a su vez lo arrestaron y locondujeron a casa del sumo sacerdote. Pero la última parte deLucas 22.54-62 dice que: “…Pedro le seguía de lejos. 55Y habiendo ellos encendido fuego en medio del patio, se sentaron alrededor; y Pedro se sentó también entre ellos. 56Pero una criada, al verle sentado al fuego, se fijó en él, y dijo: También éste estaba con él. 57Pero él lo negó, diciendo: Mujer, no lo conozco. 58Un poco después, viéndole otro, dijo: Tú también eres de ellos. Y Pedro dijo: Hombre, no lo soy. 59Como una hora después, otro afirmaba, diciendo: Verdaderamente también éste estaba con él, porque es galileo. 60Y Pedro dijo: Hombre, no sé lo que dices. Y en seguida, mientras él todavía hablaba, el gallo cantó. 61Entonces, vuelto el Señor, miró a Pedro; y Pedro se acordó de la palabra del Señor, que le había dicho: Antes que el gallo cante, me negarás tres veces. 62Y Pedro, saliendo fuera, lloró amargamente.”
Ahora bien, después de esto, Jesús fue llevado a un injusto juicio con los religiosos del pueblo, después lo llevaron antes Pilato, luego ante Herodes y finalmente de vuelta a Pilatos quien locondenó a la muerte. Después de esto se ejecuta su sentencia, y Jesús termina muriendo en la cruz del calvario por nuestros pecados.
Ahora bien, ¿Qué pasó con Pedro después de su negación? ¿Qué pasó con Pedro después de su caída? Pues él había caído y de una de las peores maneras, negando al Señor, Pedro habíacaído, y Jesús había muerto, por lo cual, Pedro había quedado como un traidor, uno que falló contra su propio Maestro. Y como bien ustedes pudieron notar después de que Pedro negó a Jesús, no pudo volver a encontrarse con él Señor, de manera que Pedro no sabía qué pasaría con él, tal vez tenia la incertidumbre de perder su apostolado. Y me pregunto, si nosotros estuviéramos en el lugar de Pedro ¿Qué haríamos? Si estuviésemos en sus zapatos¿Qué pensaríamos que el Señor haría con nosotros después de haberle negado?
Y eso es lo que veremos en esta mañana. ¿Cuál es la respuesta que Jesús da a aquellos que han caído y luego lloran amargamente?
El pasaje que vamos a leer ahora ocurrio después de que Jesúsresucitó de entre los muertos, para luego aparecer a las mujeresque le seguían, a los apóstoles, a los caminantes a Emaús, y luego a más de 500 hermanos a la vez, y todo esto en el transcurso de 40 días, de entre los cuales ocurrió este evento. El evangelio según San Juan cap. 21, nos relata que después de estas cosas los apóstoles siguieron a Pedro en su deseo de salir a pescar, pero esa noche no pescaron nada. Al amanecer, de repente, aparece Jesús en la orilla de la playa y les pide que tiren la red al otro lado, ellos no reconocieron que era Jesús, sin embargo, tiran la red, y son tantos los peces que atrapan que la red casi se rompe, pero no llegó a romperse. Al ver esto, Juan entiende que este hombre esJesús y le dice a Pedro, es el maestro, Pedro al escuchar esto, se pone ropa y se tira al agua para llegar inmediatamente a la orilla y estar con Jesús, cuando llega se da cuenta que Jesús ya les habíapreparado un desayuno, entonces en:
Juan 21.15-22, dice: “15Entonces, cuando habían acabado de desayunar, Jesús dijo a Simón Pedro: Simón, hijo de Juan, ¿me amas más que éstos? Pedro le dijo: Sí, Señor, tú sabes que te quiero. Jesús le dijo: Apacienta mis corderos. 16Y volvió a decirle por segunda vez: Simón, hijo de Juan, ¿me amas? Pedro le dijo: Sí, Señor, tú sabes que te quiero. Jesús le dijo: Pastorea mis ovejas. 17Le dijo por tercera vez: Simón, hijo de Juan, ¿me quieres? Pedro se entristeció porque la tercera vez le dijo: ¿Me quieres? Y le respondió: Señor, tú lo sabes todo; tú sabes que te quiero. Jesús le dijo: Apacienta mis ovejas. 18En verdad, en verdad te digo: cuando eras más joven te vestías y andabas por donde querías; pero cuando seas viejo extenderás las manos y otro te vestirá, y te llevará adonde no quieras. 19Esto dijo, dando a entender la clase de muerte con que Pedro glorificaría a Dios. Y habiendo dicho esto, le dijo: Sígueme. 20Pedro, volviéndose, vio que les seguía el discípulo a quien Jesús amaba, el que en la cena se había recostado sobre el pecho de Jesús y había dicho: Señor, ¿quién es el que te va a entregar? 21Entonces Pedro, al verlo, dijo a Jesús: Señor, ¿y éste, qué? 22Jesús le dijo: Si yo quiero que él se quede hasta que yo venga, ¿a ti, qué? Tú, sígueme.”
EN RESPUESTA A SU AMOR
“LE SERVIMOS SIN REMORDIMIENTOS”
A pesar de nuestras caídas.
Y vamos a ver tres cosas:
I-LA ACTITUD DE CRISTO ANTES DE QUE CAIGAMOS.
II-LA ACTITUD QUE DEBEMOS TENER ANTE NUESTRAS CAIDAS.
III-LA ACTITUD DE CRISTO DESPUES DE NUESTRAS CAIDAS.
Veamos en primer lugar:
I-LA ACTITUD DE CRISTO ANTES DE QUE CAIGAMOS.
Queridos hermanos una de las más tristes escenas de la biblia, fue cuando Pedro negó a nuestro Señor Jesucristo. Sin embargo, su experiencia nos aporta un conocimiento necesario para poder hallar la paz en nuestra vida cristiana y las caídas que enfrentaremos en la misma. Además de esto nos da un excelente estimulo que nos impulsa adorar a nuestro salvador por su espíritu restaurador y no condenador.
Ahora bien, ¿Cuál fue la actitud del Señor antes de que Pedro le negara?
1-Le hizo consiente del deseo de satanás, el autor de la tentación.
Más o menos esto fue lo que Jesús trató de decirle a Pedro: “pero Pedro, tu estas discutiendo sobre tu posición en el reino de los cielos, cuando no sabes que no puedes ni guardar tu posición aquí en la tierra. ¿No sabes que satanás los ha pedido para zarandearlos como a trigo?” Es decir, que esto que dijo el Señor nos revela que satanás es el autor de nuestras caídas, él, como el acusador de los hermanos, anda como león rugiente buscando a quien devorar y así como hizo con Job, también quería hacer con los discípulos. Así que lo primero que hizo el Señor antes de que Pedro le negara fue anunciarle quien era el autor de nuestras caídas.
Y hermanos ¿Somos nosotros consientes de la actividad satánica del diablo, el cual todos los días a través de sus demonios está buscando la forma de que nosotros fallemos en nuestra vida de fe, y que por incredulidad neguemos al Señor en alguna esfera de nuestra vida? ¿Hermanos somos conscientesde que día tras día satanás está deseoso de zarandearnos así como se zarandea el trigo? ¿Y que en muchas ocasiones Dios lo permite para poder humillar nuestro obstinado corazón?¿Usted sabia esto? ¿Qué es Dios quien permite que seamos tentados? Puede ser que para algunos, este concepto sea nuevo, o desconocido, por lo cual, ante esto solo quiero leerles un versículo: 1 Corintios 10.13, “13No os ha sobrevenido ninguna tentación que no sea humana; pero fiel es Dios, que no os dejará ser tentados más de lo que podéis resistir, sino que dará también juntamente con la tentación la salida, para que podáis soportar.” Espero que este versículo más nuestro versículo base, sea más que claro para entender que Dios también es Soberano en las tentaciones, de manera que si él es Soberano, eso quiere decir, que él es quien tiene control aun de las mismas, que él es quien permite que seamos tentados y que en ese sentido él es quien las da. Ahora bien, ¿Significa eso que Dios es el autor de nuestras tentaciones? claro que no. Porque por otro lado Santiago 1.13, dice que: “3Cuando alguno es tentado, no diga que es tentado de parte de Dios; porque Dios no puede ser tentado por el mal, ni él tienta a nadie;” de manera que el hecho de que Dios permite la tentación no significa que él es el autor de la misma, pues quien ostenta orgullosamente este título de tentador, es el diablo, el cual constantemente nos estimula a que hagamos caso de las pasiones de nuestro corazón.
Así que lo primero que el Señor hizo antes que Pedro lo negara fue hacerlo consiente del deseo de satanás de zarandearlo como a trigo. Así que hermanos, como primera enseñanza seamos consiente de esta realidad para que estemos alertas y despiertos antes sus ataques.
En segundo lugar: ¿Cuál fue la actitud de Cristo antes de que Pedro le negara?
2-Le hizo consiente de que a los verdaderos creyentes una caída no es el fin de la fe.
¿Por qué? Tal vez se preguntara usted. Fíjese lo que dice Lucas 22.32, “32pero yo he rogado por ti, que tu fe no falte; y tú, una vez vuelto, confirma a tus hermanos.” Hermanos, si para los verdaderos creyentes una caída no significa la pérdida total de la fe, eso se debe a que el mismo Señor ruega por nosotros; se debe a que el mismo Señor ruega que esa caída no sea el fin de nuestra fe, pues el señor rogó para que después de la caída de Pedro su fe no faltara, no se extinguiera, no desapareciera, sino que más bien se fortaleciera, y que esa experiencia le sirviera para confirmar y fortalecer la fe de sus hermanos.
Y hermanos ¿Acaso esto no es lo que también nos enseña el apóstol Pablo? Que el propósito de nuestras tribulaciones, aparte de adorar a Dios, es que podamos consolar a otros.
2 Corintios 1.3-7, “3Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre de misericordias y Dios de toda consolación, 4el cual nos consuela en todas nuestras tribulaciones, para que podamos también nosotros consolar a los que están en cualquier tribulación, por medio de la consolación con que nosotros somos consolados por Dios.5Porque de la manera que abundan en nosotros las aflicciones de Cristo, así abunda también por el mismo Cristo nuestra consolación. 6Pero si somos atribulados, es para vuestra consolación y salvación; o si somos consolados, es para vuestra consolación y salvación, la cual se opera en el sufrir las mismas aflicciones que nosotros también padecemos. 7Y nuestra esperanza respecto de vosotros es firme, pues sabemos que así como sois compañeros en las aflicciones, también lo sois en la consolación.”
Así que hermanos lo que hizo nuestro Señor ante la eminente caída del apóstol Pedro fue hacerle consiente de que una caída no es el fin de la fe, y lo que asegura y garantiza este resultado, es el hecho de que es, el mismo Señor aquel que está rogando por nosotros a fin de que nuestra fe no falte, y que en vez de eso, esa experiencia nos capacite para que podamos consolar a otros en circunstancias similares.
Pero si usted, aun se continúa preguntando: ¿Por qué a un verdadero cristiano una caída no le resulta en el fin de su fe? Romanos 8.28-39, nos tiene la respuesta, este texto dice: “28Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, (y entre todas las cosas también están las caídas) esto es, a los que conforme a su propósito son llamados. (¿A quiénes? a los verdaderos cristianos. Los llamados) 29Porque a los que antes conoció, también los predestinó para que fuesen hechos conformes a la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos. 30Y a los que predestinó, a éstos también llamó; y a los que llamó, a éstos también justificó; y a los que justificó, a éstos también glorificó. (La razón por la cual una caída no es el fin de la fe, es que a los que Dios llamó, los llamó porque de antemano ya los había destinado para que sean conformados a la imagen de Jesucristo y para lograr esto, es necesario que seamos despojados de todo aquello que no sea Cristo, y la manera en que muchas veces Cristo lo hará, espermitiendo que seamos quebrantados a un nivel donde nuestras fuerzas no son suficientes para mantenernos en pie. Y esta es la razón por la cual, en otro pasaje Cristo mismo nos dijo que era necesario que vinieran tropiezos. ¿Pero cómo así, que es necesario que vengan tropiezos? Si, son necesarios para formar la imagen de Cristo en nosotros. Porque si Dios permite estas caídas, las permite solo para que luego nos levantemos por las fuerzas y el poder que el Señor mismo nos dará. Porque cuando somos débiles entonces somos fuertes.) 31¿Qué, pues, diremos a esto? Si Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros? 32El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también con él todas las cosas?33¿Quién acusará a los escogidos de Dios? (¿Nuestros pecados, nuestras caídas, nuestros enemigos, satanás, el mundo o la carne? Nadie podrá hacerlo, porque) Dios es el que justifica. 34¿Quién es el que condenará? (¿Nuestros pecados, nuestras caídas, nuestros enemigos, satanás, el mundo, la carne? Nadie podrá hacerlo, porque Cristo es el que murió; más aún, el que también resucitó, el que además está a la diestra de Dios, el que también intercede por nosotros. 35¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿Tribulación, o angustia, o persecución, o hambre, o desnudez, o peligro, o espada? (Y yo añado acaso podrá separarnos del amor de Dios, nuestros pecados, nuestras caídas, nuestras malas decisiones, aunque sean fatales, satanás, el mundo, la carne? Hermanos nada, ni nadie nos podrá separar del amor de Cristo.) 36Como está escrito: Por causa de ti somos muertos todo el tiempo; Somos contados como ovejas de matadero. 37Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó. 38Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, 39ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro.”
¿Ya lo entendiste hermano? ¿Ya entendiste que si verdaderamente le has entregado tu vida a Cristo no ha sido por tu propia iniciativa sino porque Dios te llamó de las tinieblas a la luz? ¿Ya entendiste que lo que te da seguridad de salvación es el hecho de que si verdaderamente eres un hijo de Dios es porque desde antes de la fundación del mundo Dios te fijo el destino de ser conformado a la imagen de Cristo? De manera que como Dios lo ha fijado así, ¿Quién será aquel que podrá parar el brazo poderoso de nuestro Dios?
Es por esto hermano que nada, ni siquiera los enemigos máspoderosos del creyente podrán separarlo del amor de Dios, y por lo tanto, mucho menos una caída.
Así que lo que Cristo hizo con Pedro antes de que cayera fue hacerlo consiente de los deseos de su enemigo, y de que una caída no es el fin de la fe, sino que en vez de eso hay trabajo por delante “confirma a tus hermanos”
Ahora en segundo lugar, veamos:
II-LA ACTITUD QUE DEBEMOS TENER ANTE NUESTRAS CAIDAS.
Si bien podemos ver la maravillosa gracia de Dios aun antes de nuestras caídas, debemos tener mucho cuidado de que este conocimiento nos conduzca a las actitudes correctas y no a las incorrectas. Pues aunque sepamos que una caída no es el fin de la fe, no podemos ser inconscientes del daño que producen y de la actitud que debemos manifestar una vez hemos experimentado una caída.
¿Cuál fue la actitud del apóstol Pedro ante su caída? Lucas 22.61, dice que después de que Pedro negó a Jesús tres veces, “61Entonces, vuelto el Señor, miró a Pedro; y Pedro se acordó de la palabra del Señor, que le había dicho: Antes que el gallo cante, me negarás tres veces. 62Y Pedro, saliendo fuera, lloró amargamente.”
¿Cuál fue la actitud de Pedro ante la conciencia de que habíanegado a su maestro, Señor y Dios? ¿Cuál fue su actitud ante aquella mirada de Cristo? Yo me pregunto: ¿Cómo sería esa mirada? La verdad es que no sé exactamente. Pero lo que se, es que fue un tipo de mirada que le permitió a Pedro recordar lo que el Señor le había dicho, pues el mismo texto nos dice que después de que Jesús lo mirara el se acordó de que Jesús le había dicho que le negaría. Y ante esto ¿Qué fue lo que hizo Pedro? ¿Cuándo Pedro fue consciente de su caída que hizo?
La Escritura dice que: “…saliendo fuera, lloró amargamente.”
Hermanos, ¿Lloramos nosotros amargamente cuando hemos pecado contra Jesús? ¿Lloramos amargamente cuando hemos caído en los pecados de nuestro corazón?
La palabra “amargamente” nos muestra que Pedro lloró con gran aflicción, lloró con sufrimiento mental, y esto es entendible, pues el evangelio de Marcos registra que Pedro lloró amargamente porque pensaba en esto.
Queridos hermanos esta es la actitud correcta ante nuestras caídas y pecados. Un profundo dolor y una profunda amargura. Ahora bien, ¿Cuál fue la verdadera causa por la que Pedro lloró amargamente? ¿Qué fue lo que a Pedro esa mirada de Cristo conjuntamente con su caída le hizo entender? Sin temor a equivocarme, la causa de esta profunda tristeza y amargura de corazón fue la conciencia de su pobreza espiritual.
Queridos hermanos, si hay algo que caracterizó al apóstol Pedro durante casi toda su vida, fue su impetuosidad. Es decir, Pedro era un hombre muy impulsivo. Si había que salir a pescar, el salía a pescar sin preguntarle a nadie, si decía que no le lavaran los pies, no había forma de lavárselos, y si decía que se lo lavaran quería decir que lo bañen entero, y si había que defender al maestro le cortaba una oreja a quien sea. Pero así mismo cuando pecó, lo hizo también de la peor manera. Pedro era un hombre común y corriente, un hombre muy parecido a muchos de nosotros, pero donde él se diferencia de muchos de nosotros fue en su actitud ante el pecado. Pues el lloró amargamente.
Pedro lloró por su pobreza espiritual, pues la pobreza espiritual es la condición de aquellos que son conscientes de que en sí mismos no poseen los recursos espirituales que necesitan para agradar a Dios. Y está claro que Pedro entendió su pobreza espiritual, pues lo que sigue después de la pobreza espiritual es la tristeza, el lloro y la amargura de no poder alcanzar el estándar bíblico que Cristo nos demanda. Un hombre o una mujer cristiana son uno o una, que llora constantemente por sus pecados. Es una o uno, que ante la conciencia de sus pecados se amarga y llora por sus pecados ante Dios.
No sé si lo recuerdan pero David solo pudo llorar y arrepentirse de sus pecados una vez Natán el profeta le hizo consiente de los mismos, y asimismo pasó con Pedro solo después de ser consciente de su pecado, entonces lloro amargamente.
Hermanos, ¿Lloramos nosotros amargamente cuando somos o nos han hecho consientes de nuestros pecados? ¿O la verdad es que nos hemos acostumbrado tanto al pecado que ya somos indiferentes ante él? Hermanos ¿Todavía lloramos por nuestros pecados, todavía nos avergonzamos de ellos, o aún tenemos la osadía y necedad aun de defenderlos? Quiera Dios poder responder a nuestros pecados y a nuestras caídas así como Pedro respondió con un profundo arrepentimiento manifestado en lágrimas de amargura.
¿Recuerdan ustedes como lloraba la mujer de mala vida ante los pies de Jesús? así es que lloran los verdaderos hijos de Dios? ¿Lloras tú por tus pecados?
Hasta aquí hemos visto que lo que Cristo hizo antes de la caída de Pedro, fue advertirle sobre el deseo de su enemigo, “zarandearlo como a trigo” y luego mostrarle que una caída no es el fin de la fe; en segundo lugar hemos visto que la respuesta de Pedro ante su pecado fue arrepentimiento, el cual fue expresado en lágrimas de amargura, pero ahora, en tercer lugar, veremos la actitud de Jesúshacia Pedro después de haber caído.
III-LA ACTITUD DE CRISTO DESPUES DE NUESTRAS CAIDAS.
Una de las cosas que nos aseguró el mismo Señor Jesucristo es que tanto los que reconocen su bancarrota espiritual como los que lloran por su bancarrota espiritual ambos son bienaventurados porque el primero heredara el reino de los cielos y el segundo recibirá consolación. ¿Y saben lo que esto nos muestra? Que antes de poder ser consolados necesitamos estar desconsolados. Y claramente la actitud de una persona desconsolada debe ser la actitud de todo creyente que ante su pecado llora amargamente. Pues solo serán consolados aquellos que primero lloren por sus pecados. Lo que quiere decir, que antes de la consolación está el lloro y el arrepentimiento. De manera que la razón por la que muchos no son consolados por Dios es porque no se arrepienten, ni lloran por sus pecados. Y esto es tan verdad, que solo después de que Pedro llorara, solo entonces después de llorar amargamente, entonces fue consolado.
Y usted se preguntara: ¿Y cuándo fue que el apóstol Pedro fue consolado?
Juan cap.21, vv.15-22, nos relata el momento cuando Pedro fue consolado por su maestro, Jesucristo. No lo vamos a leer pues ya lo hemos leído, pero lo que este texto nos muestra es la manera en la que Pedro fue restaurado y habilitado nuevamente para el ministerio a la cual, Cristo le había encomendado.
Este evento, como he mencionado ocurrió después de la resurrección de Cristo pero ante de su asunción a la gloria. Los discípulos conjuntamente con Pedro estaban pescando, esa noche no pescaron nada, Jesús apareció de la nada y le dijo: “…tiren la red al otro lado”, la red se llenó de peces, Juan le dijo a Pedro es el maestro, Pedro se pone ropa y se tira al agua, va a la presencia de Jesús y al llegar allí, ya Jesús les tenía el desayuno, de manera que después de desayunar, Jesús le hace tres preguntas a Pedro dos de las cuales fueron iguales, pero la última al final le cambio algo. Por dos ocasiones Jesús pregunto a Pedro, ¿Pedro me amas? En la primera pregunta le pregunto: ¿Me amas más que estos? En la segunda ¿me amas? y a ambas preguntas, ¿Saben lo que Pedro respondió? “Si, Señor, tu sabes que te quiero” el Señor le estaba preguntante, Pedro ¿Tú me amas? Y Pedro le respondía: ¿si, Señor, tu sabes que te quiero?
¿Ustedes saben lo que aquí estaba pasando? Es como esas veces cuando el novio o la novia le preguntan al otro ¿Tú me amas? Esperando que le diga: “claro, tu sabes que te amo” sin embargo, el novio o la novia le dice: “sí, claro, tu sabes que yo te quiero. Pero eso no fue lo que yo te pregunte le dice el uno a la otra. Ella espera que le digan te amo, pero el otro nos dice te quiero. ¿Por qué paso esto con Pedro? Porque Pedro ahora no quería cometer el mismo error que antes cometió, cuando impetuosamente le dijo al Señor: “Señor contigo estoy dispuesto a ir hasta la cárcel, hasta la muerte si es necesario” sin embargo, ni siquiera pudo admitir que era su discípulo. Pedro ahora estaba humillado, y al parecer entendió que conforme a sus obras no correspondía responder con justicia: “Si, Señor, tu sabes que te amo” Pedro estaba humillado y había entendido esta lección. Sin embargo, el Señor conocía el corazón de Pedro y él sabía muy bien que en realidad Pedro amaba al Señor y que en verdad estaba dispuesto a dar su vida por su maestro.
Una de las cosas más hermosas de este pasaje es que, a pesar de las respuestas de Pedro, en las tres oportunidades, Jesús le dijo: “Apacienta mis ovejas” demostrándonos esto que el corazón de Jesús no era el corazón legalista de los fariseos religiosos de su tiempo, sino el corazón perdonador y restaurador del compasivo salvador que había muerto y resucitado por sus discípulos.
Jesús no lo condenó por su pecado, Jesús no lo descalifico de su ministerio, Jesús no lo separó del grupo, Jesús lo restauró y lo volvió habilitar para la tarea apostólica a la cual lo había llamado. Jesús no lo condenó, pues ¿Qué sentido tendría condenarlo y apartarlo del ministerio cuando apenas unos días atrás Jesúsmurió por todos y cada uno de los pecados de Pedro? ¿Qué sentido tendría descalificarle del ministerio? si unos días atrás, había muerto para habilitar a los elegidos al servicio de su salvador. Así como tiempo más tarde el mismo Pedro dijo en 1 Pedro 2.9-10, “ 9Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable; 10vosotros que en otro tiempo no erais pueblo, pero que ahora sois pueblo de Dios; que en otro tiempo no habíais alcanzado misericordia, pero ahora habéis alcanzado misericordia.”
Jesús habilita, Jesús no descalifica, Jesús restaura, Jesús no destruye ni aplasta. Venid a él, todos los que están trabajados y cansados que él los hará descansar.
Lo más curioso es este evento es que cuando Jesús le hace a Pedro la tercera pregunta, en vez de preguntarle: “Pedro, me amas?” le pregunta: “Pedro, me quieres? Y cuando Pedro oyó eso se entristeció otra vez mas por su pobreza espiritual, pero aun asíJesús le dijo: “Apacienta mis ovejas”
Hermanos si con toda esta evidencia usted y yo no comprendemos que el ministerio cristiano no se trata de nosotros sino de lo que Dios quiere, entonces tendremos que revisarnos porque al parecer hay algo que no está funcionando bien. Al parecer no estamos entendiendo la naturaleza del ministerio cristiano, el cual es la gracia de Dios.
Jesús conocía muy bien el corazón de Pedro, así como muy bien conoce nuestros corazones. El conoce las caídas que hemos tenido y su deseo es que nos levantemos, para que con nuestra experiencia podamos advertir y animar a otros, el conoce nuestras caídas diarias, el conoce las caídas que tendremos en el fututo y aun conociendo esto desde antes de la fundación del mundo, esto no le detuvo para abandonar su trono de gloria, tomar forma de siervo e ir a la cruz a morir por nosotros, los pecadores en sus pecados. Y es allí donde está la grandeza de Dios, en que siendo nosotros aun pecadores, Cristo murió por nosotros.
Mis queridos hermanos tu Jesús es un Dios y salvador restaurador, él quiere restaurar tu corazón, solo tienes que darle la oportunidad de hacerlo.
Hermanos, ¿Será que hoy, hay alguien aquí que debe ser restaurado a su comunión con Dios?, ¿Será, que hoy, hay aquí alguno que ha cargado con la culpa, que ha cargado con pecados que arrastrado por años que en este dia el Señor desatara sus ligaduras y lo restaurara al miniserio? ¿Sera que tus pecados, o túmismo te apartaste o te descalificaste del ministerio? aunque haya sido asi, déjame decirte que Jesús lo que quiere, es habilitarte. No te avergüences delante de Jesús ven a él, dile que lo amas a pesar de tus pecados, dile que deseas volver a tener de nuevo esa relación especial que antes tenías con él.
En esta mañana hemos visto tres cosas. Hemos visto que Jesúsconoce en las caídas que caeremos y aun así nos ama. Ante de nuestras caídas, lo que él quiere es que seamos consiente del enemigo de nuestras almas, quiere que seamos conscientes de que las caídas no son el fin de la fe, sino una oportunidad para confirmar a otros; pero tampoco quiere que tomemos nuestra libertad cristiana como pretexto para pecar desmedidamente, el desea que nosotros comprendamos lo horrible de nuestros pecados y lloremos por ellos. Finalmente quiere que veamos su corazón perdonador, restaurador y habilitador, a fin de que hallemos reposo y descanso para nuestras almas.
Queridos hermanos ¿Descansamos nosotros en él? ¿Lloramos por nuestros pecados? ¿Le servimos sin el remordimiento de nuestros pecados?