Cuando las fuerzas se agotan

Escrito por Anthony Franco.

El pastorear ovejas era su pasión, las defendía con una gallardía que sobrepasaba los límites de su edad, era solo un adolescente lleno de fuerzas y vigor. En el silencio del campo aprendió adorar a Dios, a través de los salmos expresaba sus sentimientos de felicidad, victoria, angustia, dolor, enfermedad y opresión. Aquel joven llamado David exhibía un corazón semejante al de Dios; la Biblia lo describe como un hombre guerrero, prudente en su hablar, y con la aprobación de Dios. Fruto de su integridad y apego a los buenos principios en aquellos años de juventud, David fue llamado de ser un simple pastor de ovejas a convertirse en un prominente de su pueblo, llegando alcanzar la máxima jerarquía de Israel. Pero no todo era perfecto, llegó un momento en la vida de David donde la desesperación abatía su alma.

En el libro de los salmos capitulo 71 encontramos un clamor de un anciano perseguido por sus enemigos que se levantaron con violencia en su contra para derribarlo sin piedad, en esos momentos escasearon las fuerzas de aquel hombre de guerras que conoció pocas derrotas durante sus enfrentamientos. Fue en ese desierto asfixiante donde el salmista David le recordó a su señor lo siguiente: Aun en la vejez y las canas, oh Dios, no me desampares, hasta que anuncie tu poder a la posteridad, Y tu potencia a todos los que han de venir. Salmos 71:18. Esa oración permitió una vislumbre de esperanza en la vida del salmista, y de igual forma renació aquel júbilo representado por la alabanza e interpretado con arpa y salterio. Mis labios se alegrarán cuando cante a ti, y mi alma, la cual redimiste. Salmos 71:23 El futuro de David fue promisorio. Así reinó David hijo de Isaí sobre todo Israel.27 El tiempo que reinó sobre Israel fue cuarenta años. Siete años reinó en Hebrón, y treinta y tres reinó en Jerusalén. Y murió en buena vejez, lleno de días, de riquezas y de gloria; y reinó en su lugar Salomón su hijo.29 1 Crónicas 29:26-28.