Cuando Dios te tranca el juego

Escrito por el 18 de septiembre de 2023

Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová.  Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos.

Isaías 55:8-9

Hace unos años, mientras hacía ejercicios físicos en una importante avenida de mi pueblo, en compañía de un gran amigo y hermano, el joven Bryan Medina, conversábamos sobre las formas de Dios demostrarnos su amor, de manifestarnos su compasión. Llegamos a la conclusión de que una de las maneras que nuestro Señor usa para hacernos saber que nos ama no es otorgándonos lo que le pedimos, no es complaciendo nuestras peticiones, no es cumpliendo nuestros sueños, no es brindándonos esas oportunidades tan deseadas por nosotros, ni cumpliendo los caprichos de un corazón engañoso y perverso (Jeremías 17:9) de un corazón  insaciable que mientras más tiene más quiere.

Mi amigo Bryan y yo, analizábamos y coincidíamos en que a veces Dios nos quita nuestras únicas alternativas humanas, en que Dios nos puede quitar nuestra fuente de empleo, nuestro vehículo, nuestra casa, o relación amorosa. E incluso, Dios puede permitir que personas a las cuales amamos y apreciamos se alejen, se vayan de nuestras vidas. Dios puede permitir que esa persona con la que tanto soñamos casarnos y tener una familia nos abandone.

Hay momentos en la vida en los que Dios nos tranca el juego, donde nos bloqueamos, donde nos sentimos confundidos, donde nos quedamos sin herramientas para seguir avanzando, donde sentimos que el mundo se nos cae encima. Y es justamente en esos momentos donde nos hacemos la típica pregunta ¿Por qué eso tuvo que pasarme a mí?, y la respuesta sencillamente es: Por amor. Si, por amor.  Porque si Dios no hubiese actuado de esa manera estuviésemos acabados, destruidos.

Cuando vemos que Dios nos tranca el juego nos enfadamos. Solemos molestarnos cuando percibimos que nuestros sueños se desbaratan, nos irritamos cuando observamos que las cosas que planeamos no salen como quisimos. Nos duele el alma cuando lo que más apreciamos se aleja, nos genera frustración cuando el proyecto que tanto anhelamos no se materializa. Pero, ¿Sabes algo? Dios no cumple caprichos. No importa que llores con impotencia, no importa que gimas, no importa que ayunes. El Señor me ha enseñado que El no cumple caprichos, El cumple su propósito. Y su propósito está por encima de nuestras expectativas.

Cuando Dios nos tranca el juego es para protegernos, es para guardar nuestro corazón, es para cumplir sus promesas, para darnos su bendición.


Opiniones
  1. Yusdany   /   19 de septiembre de 2023, (10:26 AM)

    Amén, y cuando Dios nos tranca el juego, es como cuando no nos responde una petición de oración, y es porque no estamos preparados para recibir esa bendición.
    Pero… más adelante, en un futuro, vamos a agradecer que Dios nos dijera que NO, porque nos libró de algo.

    Bendiciones.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.Los campos obligatorios están marcados con *



Audio en Vivo

Canción actual

Título

Artista

Background